El aumento del número de viajeros, el imán de las compras y el calendario del Ramadán auguran un crecimiento del mercado del Golfo este año
MARBELLA y su zona de influencia se preparan para vivir otro verano histórico en la recepción de turistas árabes. El aumento del número de viajeros en los mercados emisores del Golfo Pérsico, la inestabilidad política que aún afecta a muchos de los destinos donde tradicionalmente veranean esos turistas y la fecha en la que este año cae el Ramadán, que afecta de lleno al mes de julio pero deja intacto agosto -mes por otra parte tradicional para estos visitantes- permite prever un importante crecimiento en el cada vez más amplio mercado árabe.
En los últimos años, además de los ya tradicionales mercados de Kuwait y Arabia Saudí, se han sumado con fuerza Catar y los Emiratos Árabes, y ha irrumpido con fuerza el mercado marroquí.
Si bien el pasado verano ya se notó un importante incremento en el número de viajeros de esa procedencia -un mercado tan amplio que va desde Arabia Saudí hasta Marruecos pasando por las florecientes economías de Catar o los Emiratos Árabes Unidos-, para el presente ejercicio el vaticinio es aún más optimista. Según el Patronato de Turismo de la Costa del Sol, que realizó este año un ambicioso desembarco en la Arabia Travel Market, celebrada a principios de este mes en Dubai, las previsiones son de que se produzca un crecimiento del 25 por ciento con picos de hasta el 35 por ciento en algunos de estos mercados emisores.
Y ello a pesar de que julio será prácticamente un mes perdido, ya que el Ramadán comenzará el 28 de junio y se prolongará hasta el mismo día del mes siguiente. Como es sabido, el mes sagrado es para los musulmanes en gran medida incompatible con el turismo, ya que los creyentes no pueden realizar prácticamente ninguna actividad, ni siquiera comer, hasta la puesta del sol.
Sin embargo, a diferencia de los años precedentes, cuando el Ramadán prácticamente partió en dos la temporada, este verano ha dejado a agosto libre de cualquier tipo de restricciones. A ello se suma que en algunos países, como Catar, existen periodos de festivos oficiales de 10 días a partir del fin del Ramadán, sobre todo en las empresas estatales, lo que animará el mercado de viajes de estos países, que por otra parte están experimentando un aumento importante en el número de viajeros. Los residentes en Catar, además, donde la tasa de paro se estima en el 0,5 por ciento, cuentan entre tres y cuatro semanas de vacaciones anuales.
Según reflejan los estudios de mercados turísticos emisores elaborados por Turespaña, pese a tratarse de países cuyo flujo de visitantes no puede compararse, al menos desde el punto de vista cuantitativo, con los mercados tradicionales y mayoritarios, son estratégicos si se considera su capacidad de gasto y el potencial de crecimiento que experimentan año tras año.
En Catar, el perfil mayoritario del viajero que visita Europa suele ser el de personas con buen nivel de educación y perteneciente a una clase social alta.
Tercer destino
La provincia de Málaga, y en especial Marbella y su zona de influencia -el triángulo que forma con Estepona y Benahavís- se ha convertido en el tercer destino preferido por los viajeros procedentes de Medio Oriente, solo por detrás de Madrid y Barcelona.
Pero a diferencia de otros destinos, donde se realizan viajes de estancias cortas -principalmente con motivaciones culturales o de compras- en la Costa los viajes se prolongan durante más tiempo: una media de casi cinco días.
En el auge que están experimentando estos mercados ha tenido especial incidencia la mejora de la oferta comercial, especialmente con la consolidación de Puerto Banús como el segundo destino de compras de España, superando a Madrid y solo por detrás de Barcelona.