El Ayuntamiento habilita en el Polígono La Ermita un punto de transferencia de residuos para dar solución a los vertidos incontrolados
Casi un centenar de representantes de las naves del polígono trasladan al nuevo equipo de gobierno su incertidumbre ante un cambio de ubicación.
- El equipo de gobierno municipal está dispuesto a retomar la compleja tramitación para el traslado del Polígono Industrial La Ermita partiendo casi desde el inicio del proceso pese a que sus antecesores en la gestión municipal habían dado algunos pasos, como la elaboración de un informe sobre la viabilidad del encaje del actual recinto a la zona de La Serranía, al norte del término municipal. Como primera acción, mientras el asunto -que acabó judicializado tras varios recursos de particulares que se oponen a la operación urbanística- se sigue estudiando en las áreas de Urbanismo y Proyectos Estratégicos, se ha querido escuchar la opinión de los principales implicados en el caso, los empresarios.Casi un centenar de representantes de la Asociación de Empresarios de los Polígonos Industriales La Ermita, Las Albarizas, Costa del Sol e Incomar (AEPIMAR), mantuvieron en la tarde de ayer un encuentro con los responsables municipales de Urbanismo, Isabel Pérez, y de Proyectos Estratégicos, Javier Porcuna, para exponer sus reivindicaciones en torno al proyecto. «Queremos empezar escuchando a los principales interesados, que son los empresarios, tomar nota de quiénes están de acuerdo con el traslado y en qué condiciones están dispuestos a hacerlo», explicó Porcuna, quien insistió en la necesidad de que se produzca ese salto de las naves industriales «por una mera necesidad de adaptación, por ejemplo, a algo tan básico como los nuevos servicios tecnológicos».Pero ¿cuál es el planteamiento defendido por los empresarios? Aunque en principio la gran mayoría de lellos apuestan por el cambio de ubicación, insisten en que ello no debe hacerse a cualquier precio. De ahí que muchas de las cuestiones planteadas durante el encuentro -que se prolongó durante tres horas- tuvieran como objetivo conocer en qué condiciones se haría el cambio. «Hay empresas que, por ejemplo, cuentan con 50 trabajadores y les preocupa cuánto tiempo tendrían que estar sin trabajar», explicó el presidente de AEPIMAR, Juan Francisco Jiménez. Otra cuestión: el coste que tendrá para cada uno de los propietarios e inquilinos de las naves hacer el cambio.Otro punto a debate fue el espacio en el que encajarían los polígonos que tendrían que trasladarse. Los terrenos de La Serranía, pero también los de Guadaiza se pusieron sobre la mesa, pensando ya en el futuro desarrollo de este suelo.El procedimiento previo será largo, de ahí que las partes se hayan dado como margen un año para empezar a aclarar algunas de estas cuestiones y otras de mayor calado. En ese tiempo, el compromiso trasladado por el equipo de gobierno municipal es de mantener una vía de diálogo permanente con el sector empresarial de la zona.
- SUR.ES
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